EUROPA
PRESS
17 diciembre
2020
Mascarillas
y gel hidroalcohólico: ¿qué podemos hacer con los problemas que nos están
creando en la piel?
Con el uso intensivo de las mascarillas
y de los geles hidroalcohólicos por culpa de esta pandemia de COVID-19, se están
incrementando el número de casos de patologías cutáneas relacionadas con el
empleo de las mismas.
"Como consecuencia del empleo de mascarillas podemos
ver alteraciones en personas que previamente no padecían afecciones de piel, o
bien un empeoramiento de una patología ya conocida por el paciente. Algunos de
los problemas más frecuentes son los eccemas o el enrojecimiento (tanto de la
zona cubierta por la mascarilla como a nivel de párpados), el acné o la
rosácea", según explica en una entrevista con Infosalus
Sara Sánchez, dermatóloga del equipo del doctor Alonso en el Hospital 9 de
Octubre de Valencia.
Del mismo modo, y con el uso repetido de geles antisépticos
se están generando una gran cantidad de eccemas, que al igual que ocurre con
las mascarillas, serán mayoritariamente irritativos debido a la deshidratación
que genera el alcohol sobre nuestra piel, según añade el también miembro de la
Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). No obstante, indica
que estos geles contienen además otra serie de componentes que podrían
desencadenar una verdadera alergia en algunos pacientes.
En el caso de presentarse un eccema (tanto secundario al uso
de mascarilla como no), estos pueden ser de 2 tipos: irritativo y alérgico.
"En el caso de las mascarillas, la gran mayoría de ellos van a ser de tipo
irritativo, por la oclusión que genera el hecho de llevar la piel cubierta
durante un tiempo prolongado", apostilla la doctora Sánchez.
Por parte de la Sociedad Española de Médicos Generales y de
Familia (SEMG) aclaran en este sentido que los geles antisépticos tienen un
efecto "secante" de la piel, alterándola y reduciendo la capacidad de
retener el agua. Con ello, indica que la combinación de lavados frecuentes y la
aplicación de los geles hidroalcohólicos es responsable de los síntomas y
alteraciones de la piel más frecuentemente observadas: xerosis, dermatitis con
prurito/escozor/dolor, descamación incrementada, maceración, grietas,
sobreinfecciones.
"Estos datos se complican cuando se han utilizado geles
con otros elementos cosméticos (no esenciales para conseguir un efecto
bactericida) añadidos en su composición, ya que pueden ser la causa de
sensibilizaciones por fotosensibilidad (fotoalergia, fototoxicidad). Otro
elemento a tener en cuenta es la sobreexposición de las manos a la radiación
solar tras la aplicación de los geles hidroalcohólicos, ya que favorecen sus
efectos inflamatorios cutáneos, exigiendo una cuidada protección mediante
filtros y emolientes no alcohólicos", subraya.
¿Problemas por el mal uso de mascarillas y de gel?
Desde la SEMG resaltan asimismo que el uso mantenido de
mascarillas, el lavado higiénico de manos, la aplicación de geles
hidroalcohólicos o la exposición a otras
sustancias incorporadas en los productos de limpieza utilizados tan
frecuentemente, incluyendo la propia lejía, están dando lugar a trastornos
cutáneos de distinta índole, dependiendo de las concentraciones, del tiempo de
exposición, de la frecuencia de utilización, de la temperatura ambiental, de la
actividad desarrollada, así como del propio estado previo de la piel, sobre
todo en aquellas personas con problemas dermatológicos.
"En la bibliografía se destaca que entre el 74,5% y el
97% de los sanitarios han reportado algún tipo de trastorno cutáneo, siendo las
manos y cara (dorso nasal, mejillas y frente) los más frecuentemente
afectados", mantiene.
A su vez, y a juicio de la dermatóloga de Vithas, como norma estos problemas pueden relacionarse más
con el uso prolongado o repetido tanto de las mascarillas como de geles
hidroalcohólicos, que con un mal uso de estos. "No obstante, sí que
podemos tomar medidas con el fin de hacer que estas afecciones no aparezcan o
lo hagan con menor intensidad", según alerta.
Así, por ejemplo, la experta del Hospital 9 de octubre de
Valencia dice que deberíamos retirar la mascarilla cada cierto tiempo con el
fin de permitir una correcta transpiración de la piel y evitar la acumulación
de humedad provocada por el vaho de la exhalación. Además, apuesta por
recambiar la mascarilla con la frecuencia recomendada por cada fabricante, para
evitar la proliferación de microorganismos y prevenir la aparición de
infecciones.
En relación con los geles, la doctora Sara Sánchez mantiene
que, dado que generan una deshidratación intensa de la piel de las manos,
deberíamos emplear productos emolientes (hidratantes) con frecuencia, y a ser
posible, productos sin fragancias u otros aditivos que puedan alterar todavía
más una piel previamente dañada.
En el caso de que aparezcan patologías secundarias tanto por
el empleo de mascarillas como de geles se debería consultar con un profesional,
según destaca, quien ofrecerá un diagnóstico y un tratamiento apropiado para
cada paciente según el tipo y el grado de afectación que se presente.
Así con todo, menciona que a grandes rasgos algunas de las
recomendaciones podrían ser:
·
Acné /rosácea: En casos leves podría bastar con el empleo de
cosméticos apropiados, casos mas moderados podrían requerir tratamiento con
antibióticos, retinoides, queratolíticos, etc, de forma tópica o bien de forma sistémica. Aquí la
SEMG reseña que estas afecciones se ven muy empeoradas por la falta de
aireación de la zona y el exceso de humedad en la piel cubierta. "La
humedad retenida hace que el poro se dilate y que el agua transepidérmica
se escape. Ésta elevada humedad junto con la saliva retenida en el interior de
la mascarilla, favorece el crecimiento de microorganismos, por ello aparece o
se agravan estas patologías. En el caso del acne*, a este fenómeno se le ha
denominado 'maskne'. Esto va a ocurrir sobre todo con
mascarillas más oclusivas, como las FFP2 y FFP3", apostilla.
·
Eccemas: Casos con eccemas poco llamativos podrían
controlarse únicamente con productos emolientes y reparadores, aunque en muchos
casos podrían necesitar del empleo de fármacos que contengan corticoides
(asociados en ocasiones a antibióticos o antifúngicos), ya sea de forma tópica
o bien sistémica si las lesiones fueran más llamativas.
Desde la SEMG también aconsejan frente al uso de mascarillas
que antes de ponerse la mascarilla, se realice la higiene de la piel facial,
utilizando agua y limpiadores no jabonosos sin aditivos (fragancias), y
haciéndolo de forma muy suave. En caso de necesidad de un detergente, utilizar
un syndet (no jabonoso y sin conservantes).
Evitar la aplicación de maquillajes
Ve recomendable igualmente la selección de la mascarilla más
adecuada a cada situación, utilizándola el tiempo imprescindible. "En los
períodos que estemos sin utilizarla, procurar aplicar en la piel facial un emoliente
adecuado", añade.
Con el uso de geles hidroalcohólicos sostiene que lo
conveniente es asegurar que, tras el lavado, se secan perfectamente las manos,
dedos y espacios interdigitales. "Una vez que apliquemos los geles
hidroalcohólicos, dejando el tiempo suficiente hasta su evaporación, aplicaremos
los emolientes", agrega.
En última instancia, aconseja aplicar cremas emolientes que
eviten la pérdida de humedad natural de la piel y estabilicen la barrera
hidrolipídica, siempre después de los pasos anteriores. "En caso de riesgo
por exposición solar, aplicar, junto a los emolientes, filtros solares no
alcohólicos", sentencia.